Con tres cifras en la báscula los restos se hacen, más que difíciles, pesados (nunca mejor dicho) y vagos.
Llegar lejos no es llegar al más allá. Es llegar sólo donde creías ayer que no llegabas.
Llegar cerca es abrazar los vientos de lo que quizás no lleguemos nunca a volver a abrazar.
Yo sólo voy con algún verso en el botellín. Y apremio a mi dicha no haber hecho lo que tuviese que haber hecho ayer.
A pesar de todo bajo de la bici e intento volver.
Y como eso no es posible me monto y llego a alguna parte, donde me dijo mi cabeza, ayer mismo, que quizás nunca llegara.
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