viernes, 28 de febrero de 2020

El paso del tiempo

Entre la noche y el día
cuando estoy despierto, 
me quedo en ese momento
entre gris y aturdido, 
en el que me aburro. 

Y digo yo,
que será una vida, 
la que pase por mis ojos
mientras hago una tortilla.


Ernesto Jartillo

jueves, 27 de febrero de 2020

Coplas del esfuerzo

Que tumbada en el sofá
y contestando en la cama
yo me como una manzana
y luego la vida dirá. 

Para qué pensar futuros
si aún hay tiempo suficiente
para que yo alegremente
me ría sin más ni más

Y cuando dentro diez años
me acuerde de alguna estrofa, 
será demasiado tarde
para volver a empezar

Entonces alegremente
suspirar melancolía
servirá para que un día
me arrepienta sin pesar. 

Entonces andar sonriente 
no será sino un momento
para descubrir cómo la gente
no se parará a mirar. 

Y así es como anda la mente
que no por comer caliente
tu futuro encontrarás



Víctor Guiu

domingo, 23 de febrero de 2020

Entrevista en Despierta Aragón

‘Lo rural ha muerto, viva lo rural. Otro puñetero libro sobre despoblación’, de Víctor Guiu



Despoblación, falta de servicios pero también tranquilidad, calidad de vida... El profesor y poeta Víctor Guiu nos presenta su libro ‘Lo rural ha muerto, viva lo rural. Otro puñetero libro sobre despoblación'.

Para oír la entrevista:




viernes, 14 de febrero de 2020

50 números de la revista VerdeTeruel

Adjuntamos el interesante programa de los actos conmemorativos de los 50 números de la revista VerdeTeruel, que tendrán lugar en Híjar -Teruel-, el próximo día 29 de febrero.


jueves, 13 de febrero de 2020

Crítica literaria en "Nueva Tribuna"

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/rural-ha-muerto-viva-rural-punetero-libro-despoblacion/20200127185739170530.html




CRÍTICA DE LIBROS:

'Lo rural ha muerto, viva lo rural. Otro puñetero libro sobre la despoblación'


Cándido Marquesán Millán; 27/01/2020




Acabó de leer con auténtico gusto dos veces, algo que no recuerdo haberlo hecho desde hace mucho tiempo, el libro Lo rural ha muerto, viva lo rural. Otro puñetero libro sobre la despoblación, de Víctor Guiu profesor del IES de Valderrobres en la provincia de Teruel. El autor nacido en Híjar, como el que escribe estas líneas, de la misma provincia, sabe muy bien de qué habla. Vive y profesionalmente ha trabajado siempre en la provincia, en distintos ámbitos, ahora en la enseñanza, aunque también en proyectos de desarrollo rural, ya desde en 1999. Ha sido fundador del Centro de Estudios del Bajo Martín, desde el que se han puesto en marcha muchas actividades culturales. Un gran poeta. Y amigo.

Para el  título Lo rural ha muerto, viva lo rural  se sirve de la expresión ritual francesa "El rey ha muerto, viva el rey", con la que se daba continuidad al sistema monárquico a la muerte de un rey y la coronación del siguiente, es "un ejercicio literario e irónico de todo lo que gira entorno a la despoblación". En cuanto al subtítulo Otro puñetero libro sobre la despoblación, no hace falta explicarlo ante la avalancha de lujosas publicaciones desde el ámbito universitario muy bien financiadas por instituciones públicas y privadas, para autojustificarse ante la ciudadanía sobre su gran preocupación sobre el tema de la despoblación. Está de moda el tema de la despoblación, pero el problema sigue igual, a pesar, como dice el mismo autor con esa carga de ironía que le caracteriza, que casi hay más técnicos, jornadas, encuentros, libros, entrevistas y reportajes del medio rural que gente viviendo en él. Incluso se ha creado una vicepresidencia en el Gobierno de Pedro Sánchez, la de Transición Ecológica y Reto Demográfico.

Es un libro que podría clasificarse como ensayo. El autor señala que a lo largo de los años ha recopilado muchísimas anécdotas que le hicieron pensar que lo que el veía no se correspondía con el discurso imperante. El curso 2018-2019 estuvo como profesor-encargado en una Residencia de Estudiantes en Teruel conviviendo con un centenar de chavales procedentes del mundo rural, lo que le permitió conocer mejor esta problemática. La estructura de lo académico, nos dice, no le dejaba reflejar esta realidad como él quería y optó por hacer un libro. Y, además, si todo el mundo escribe de despoblación, yo que lo he visto de primera mano, ¿por qué no? El libro está plagado de historias y situaciones muy reconocibles. No hay ningún sitio concreto ni personajes reales. Solo podemos reconocer a algunos, quienes somos de la provincia. Su propósito ha sido que lo pudiera leerlo gente de Teruel y de cualquier otra provincia del medio rural español y que pudiera sentirse identificado. Obviamente también gente de otras latitudes preocupadas por la despoblación de la España interior. No obstante, todas las situaciones y anécdotas han sucedido. O a él o le han llegado por su trabajo. Por ello, lo que cuenta es extrapolable a la España interior, de Soria, Teruel, Segovia, Ávila o Zamora… Es muy ameno, cargado de ironía y de crítica hacia muchos de los tópicos impuestos al mundo rural desde el ámbito urbano.

Hablemos de algunos de estos tópicos, que ha interiorizado la población rural, y que será muy difícil de erradicar. Nos dice que a los jóvenes no se les pregunta y siguen queriéndose ir. Cabría también añadir que tampoco se les pregunta a los adultos. Argumentan «aquí no hay de nada». Este tópico es cuestionable. Hoy hay mejores servicios que hace 30 años y somos muchos menos. Fijémonos en el ámbito educativo. En el medio rural hay escuelas unitarias de muy alta calidad. Muchas de ellas usan metodologías muy avanzadas. Y en cuanto a enseñanzas medias en todas las cabeceras de comarca en Aragón existen institutos, que no son peores que los urbanos. Y los alumnos que no son de la localidad del IES disponen un trasporte escolar gratuito. Y en el ámbito sanitario, salvo excepciones tienen relativamente cerca Centros de Salud comarcales o un Hospital. Además en muchos pueblos existen muchas asociaciones culturales, deportivas, que propician mucho más las relaciones humanas que en la ciudad, en la que cada uno va a lo suyo. Los problemas de soledad se dan especialmente en las ciudades.

Pero resulta complicado luchar contra ese tópico de “aquí no hay nada”. Sobre todo entre los jóvenes porque están inmersos en esta sociedad de consumo, y dicen no tener a mano un gran Centro Comercial. Visión muy equivocada, ya que los jóvenes de la ciudad no están todos los días en el Centro Comercial. Por otra parte, tampoco hoy en día existe una gran diferencia a nivel cultural entre un joven urbano y otro rural. Disponen ambos de móvil, ordenador, escuchan la misma música, se visten y divierten igual. Se puede hablar de un híbrido rural-urbano.

Se pregunta por qué estamos tan pocos y la solución pasa por tener a gente que se quiera quedar y, sobre todo, gente vinculada e involucrada. Y si estos no se quieren quedar… Pues algo se está haciendo mal. Las soluciones son las mismas de hace 50 ó 60 años. Hay mucha gente, demasiada, estudiando esta problemática, mayoritariamente desde los despachos sin pisar el terreno, y los diagnósticos se siguen fijando en el empleo y las infraestructuras que, siendo importantes, no son la únicas causas de la despoblación.

Fijémonos en el empleo. Se dice es que no hay trabajo en el mundo rural. Lo que en parte no es cierto. Existen muchos puestos de trabajo de alta cualificación, como docentes, sanitarios, médicos o trabajadores de la banca, que no sirven para fijar la población, ya que nada más acaban su jornada de trabajo huyen despavoridos hacia la ciudad. ¿Cómo no van a querer irse también los alumnos del instituto, al ver las prisas de su profesor, que es su referente, para huir del pueblo? Además en Aragón algunas plazas, sobre todo, en el sector sanitario no se cubren, pero no solo en los pueblos, sino también en ciudades de cierto calibre, como Teruel capital, Barbastro o Alcañiz.
En cuanto a las infraestructuras, el Bálsamo de Fierabrás para todos los problemas de la despoblación de la España interior, aparece una anécdota en el libro muy aleccionadora, que reproduzco: “Recuerdo  que me ocurrió hace años en un pueblo al que le estaban arreglando la carretera. Sentado al carasol en un banco de la plaza le ofrecí de fumar a un paisano con su bastón y boina reglamentaria.
-¿Qué tal está caballero? Estarán contentos en el pueblo que por fin les arreglen la carretera.
-Mira zagal. Si la carretera es mu mala nadie quiere venir… pero si la arreglan demasiau nos marcharemos todos”.
Y acierta de pleno, ya que no hay nada más desvertebrador para el medio rural que una autovía o una línea de AVE. El pueblo se queda al margen como un simple cártel de la autovía. Lo que consigue con ello es que los que tienen el trabajo en el mundo rural, vivirán en la ciudad. Un ejemplo es la Autovía Mudéjar que pasa a unos kilómetros de Daroca provincia de Zaragoza, donde existe un establecimiento penitenciario. A pesar de haber construido viviendas para los funcionarios, todos se marchan a Zaragoza diariamente.
También analiza las diferentes iniciativas llevadas a cabo para mantener o atraer a la población en el mundo rural. Desde el inmigrante marroquí para desempeñar el oficio de pastor, o la rumana para encargarse del bar del pueblo; o iniciativas de emprendedores con ayudas o subvenciones oficiales. No pocas fracasadas. Pero la realidad es la que es, la gente se quiere ir a la ciudad. Y de momento, parece irreversible tal tendencia. Lo primero sería que la población rural se liberase de determinados tópicos, impuestos desde la ciudad. El del victimismo, que también tiene ella misma mucha parte la culpa,  del  paternalismo en el sentido de que todo nos lo tienen que dar hecho desde la ciudad, y de cierto complejo de inferioridad con respecto a la ciudad, expresado en el hecho “ de que permanecer en el pueblo es un fracaso”.  La población rural tiene que recuperar la autoestima.
Lo descrito hasta ahora se explica porque el mundo rural es subsidiario del medio urbano y cada vez más. Para unos urbanitas el mundo rural  tendría que ser un geriátrico gigante, donde aparcar a los ancianos, si no lo es ya en cierta manera.  Para otros urbanitas, el mundo rural es como un parque temático porque todo hay que «ponerlo en valor» y que venga gente a vernos. Con la sorna que le caracteriza, el autor, se inventa el término de RuralLandia, disponible para los urbanitas en los puentes, veranos, semanas santas y fiestas de guardar. Vengan aquí, les esperamos para asar chorizos, disfrazarnos con el traje regional; y hacer procesiones, sacar fotos y poderlas colgar en las redes sociales. Se lo van a pasar de puta madre. Les esperamos. Para otros urbanitas somos objetivo de macroproyectos de lo que sea, para ganar dinero sobre todo en la ciudad. En el pueblo solo caen las migajas. Como está ocurriendo con los aerogeneradores implantados desde la ciudad sin contar con la población rural y sin  una adecuada ordenación del territorio y si no estás de acuerdo, los llevarán los llevarán al pueblo de al lado y les va a afectar igual.
Como colofón es un libro escrito desde la emoción, que lo que escribe lo siente y lo vive. Y le duele. Muy bien escrito y además muy ameno, lo que es de agradecer. Como he dicho es un ensayo, que se lee como si fuera un relato novelado. Habla de muchos temas: educación, propiedad de la tierra, de la gente que quiere vivir en el pueblo y que no puede, de cómo influye el amor y los casamientos, de convencer a toda la familia de vivir en el pueblo, de las tradiciones, del lenguaje", aludiendo a todos los sectores, "intentando sugerir que la solución está en nosotros mismos". 

sábado, 8 de febrero de 2020

Cazarabet conversa con ... Víctor Guiu

Fuente: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/loruralhamuerto.htm


Cazarabet conversa con...   Víctor Guiu, autor de “Lo rural ha muerto, viva lo rural. Otro puñetero libro sobre la despoblación” (Dobleuve Comunicación) 







Víctor Guiu reflexiona y “se desmelena” ante un fenómeno que ve, observa y vive en primera persona porque él mismo es rural y vive en el entorno rural.
El libro lo edita Dobleuve Comunicación, editorial turolense hermanada con Verde Teruel.
La sinopsis del libro que nos llega desde Verde Teruel—Sergio Grao--:
La despoblación está de moda. Todos tienen respuestas para ganar el partido.
 O van con la pregunta contestada, o pocos preguntan a jóvenes y paisanos, que tienen claro dónde les encamina la cultura imperante.
A través de imágenes cotidianas de los que nadan en este mar inmenso, se nos muestran puntos de vista  donde la hibridación urbano-rural ha transformado lo que creíamos “rural”.
Combinando literariamente anécdotas y estudios, el autor exprime lo que sucede diariamente por nuestros pensamientos híbridos. Porque ahora que todo esto es producto, se nos olvida que nadie cambia el discurso del remedio. Y los remedios, como los niños que imaginan el mundo viendo la pantalla de un móvil, no tienen mucho que ver con lo que nos cuentan.
Lo rural… Y eso ¿qué es?: la España vacía, vaciada, interior… ¿España, mi querida España?
Hasta el día de hoy bastaban unos cuantos topicazos para salir airoso. Nada más lejos de la realidad. La complejidad que encierra la respuesta requiere hacer encaje de bolillos. Este libro no busca respuestas; las teje. Pero sí se hace preguntas, muchísimas, para que el lector extraiga sus conclusiones ya sea repartidor, poeta,  ingeniero o pastor.
Abordando puntos de vista diferentes con humor y valentía, recopilados vital y profesionalmente durante décadas, el libro exprime el languidecer de un mundo que nos toca de lleno. Todos tienen remedio, aunque el discurso del remedio es en esta historia lo que menos ha cambiado.
El siglo XXI es el vademécum de la modernidad. En estos tiempos líquidos de: ¡queremos todo y lo queremos ya!, la fina sombra de la parca se intuye en la lejanía y quizás no haya vuelta atrás.
Los ciudadanos, las entidades, los gobiernos… todos están en el tablero y cada uno mueve sus fichas como puede o le dejan. Pero la partida tiene truco.
Rigor, seriedad, ironía y acidez, se dan cita en este libro tan esclarecedor y tan limpio, para que no olvidemos el motivo cultural que envuelve la despoblación y contra el que es casi imposible luchar.
La nostalgia hiere, pero la desidia es letal.
Como quien espera entre la docilidad y el cabreo, asistiremos al sepelio de cuerpo presente, aunque nunca nos hayan dado vela para este entierro. Y después, por supuesto, nos quejaremos… ¿o no?
El autor, Víctor Guiu Aguilar: Licenciado en Historia, postgraduado  y con estudios en unas cuantas cosas, lleva veinte años trabajando en varias comarcas y recopilando anécdotas, proyectos y cuentos .En el pueblo ha sido un poco de todo: técnico, profesor, gestor, fundador de centro de estudios…Y sobre todo poeta. Reflejando los paisajes y paisanajes donde ha vivido y donde ha querido vivir. A lo largo de la vida ha publicado numerosos artículos relacionados con la despoblación. Participa en prensa local de cuando en cuando y ha publicado algunos libros de poemas. El último “Poesía líquida” en 2015.Es miembro del grupo de poli poesía “La Europa del Aborigen” y padre
En este libro el autor nos sumerge en ese mundo tan particular de la despoblación, visto desde un prisma crítico y puro, sin ningún tipo de condescendencia. En él nos desvela todos los actores principales, que son muchos….y todos los actores secundarios que deberían de ser más…Ahora que la palabra “despoblación” suena en tertulias, telediarios y congresos, las soluciones vienen tarde para muchos, pero a tiempo para varias generaciones.



Cazarabet conversa con Víctor Guiu:
-Víctor, amigo, ¿qué es lo que te lleva escribir este libro? ¿Una especie de hartazgo ante ver, sentir que casi cualquiera y cualquier cosa se reviste de “acercamiento a lo rural” porque está como de moda?
-Mientras estuve vinculado profesionalmente a eso tan raro que llaman "desarrollo local" o "desarrollo rural" estuve formándome académicamente en sociología, demografía y otras disciplinas siempre vinculado al medio rural y a la despoblación. Pero me di cuenta que lo que se escribía y analizaba académicamente no correspondía a la forma y el fondo con lo que yo contaba los temas relacionados. 
El propio subtítulo (incluso el título) es como bien dices un reflejo de ese hartazgo sobre la moda del medio rural, que perversamente se relaciona directamente con la despoblación. Es una moda. Y todas las modas tienen demasiado postureo y muchos lugares comunes.
-“Lo rural” y la despoblación van casi de la mano---aunque no debería de ser así de manera automática--….cansa tanto discurso oportunista que huele a asamblea de parásitos que primero plantan tendidos de alta tensión—por ponerte un ejemplo---y  se cargan el paisaje del interior, vaciándola de servicios para evitarse protestas para luego patrocinar anuncios bucólicos o poner columpios en las poblaciones…
-Tampoco estoy de acuerdo con el término de vaciado. Ni vacío, porque vive gente, ni vaciado, que se relaciona con el victimismo. No hay una teoría de la conspiración, como si fuera expediente X, con unos políticos que se dedican a poner y quitar gente de un lugar. Es cierto que en determinados casos ha podido suceder, como en los pantanos, pero desde luego no tiene nada que ver con la realidad o con la generalidad. Lo del paisaje daría para mucho, desde luego, y no tiene razón de ser. Ahora y siempre el gran problema es la ordenación del territorio. Nadie en los pueblos está en contra de la energía renovable, pero ... ¿tiene sentido lo que quieren hacer?. En el fondo esto se debe a que somos el espacio de lo urbano. Somos subsidiarios de sus intereses y la gente se vender por cuatro duros. Entre otras razones porque hemos comprado el discurso neoliberal, también en el pueblo. Los valores han cambiado y no todos los valores de lo que fuimos eran peores.
-Una manera de despoblar es, por ejemplo, dejar entre 24 y 48 horas sin servicios básicos ante un temporal…sí sabemos que el último conocido por Gloria nos ha pegado de lleno y que ciertos efectos secundarios son inevitables…pero, supongo, hay muchos peros….
Estamos de acuerdo que lo que ha sucedido con el temporal es extraordinario. El problema no es tanto que en una situación extraordinaria suceda, sino que haya comarcas en la que todos los años suceda lo mismo, con cortes de comunicaciones, luz, etc... Porque los derechos son iguales vivas donde vivas. Nadie debería marcharse de un lugar por estas razones, pero equivocamos el diagnóstico si pensamos que la gente abandona los pueblos por estos detalles. El abandono del medio rural es un hecho cultural. Por supuesto que hay que reclamar y no reblar nunca, por supuesto que hay que generar empleo  y tener buenas infraestructuras, pero no se sigue vaciando el  medio rural por ello. O mejor dicho, no es el hecho fundamental de su abandono, sino la escusa y el lugar común más demandado por el imaginario popular.
-Víctor, ¿habla demasiado—o incluso escribe-- a la ligera mucha gente de la despoblación; no sé casi como si hablase de la cría del mejillón cebra?---perdona la pregunta es un poco cínica, pero es que al final si a esto no le ponemos cinismo
-La ironía nos hace afrontar el problema de una manera más graciosa. Hay que reírse de uno mismo, desde luego. Como decía antes la despoblación está de moda. La literatura ha creado libros de referencia en torno al tema. El libro de Sergio del Molino incluso puso la España interior en el candelero. Es un libro excepcional. No entiendo los ataques que desde ciertos sectores y movimientos del medio rural recibe. La revuelta de la España vaciada no se llamaría así si Sergio no hubiese escrito antes ese ensayo.  Cuando una cosa te llega al corazón esperas que la gente que escribe de ello te de soluciones. Y cuando haces un ejercicio literario no estás obligado a dar soluciones.
Sí que estoy de acuerdo en que se habla mucho y desde el conocimiento. Y lo que es peor, la propia gente de los pueblos hacemos las mismas reflexiones que en la ciudad. Hay mucho escrito, y más que se escribirá, y seguimos en los mismos lugares comunes.
Una de las razones para escribir el libro es precisamente que quizás hay que reflexionar y aportar desde el propio pueblo. Si no quieres que escriban de  o no estás del todo de acuerdo con lo que escriben, escribe tú, joder. Otra cosa es la repercusión y difusión que los escritores humildes y con pocos medios puedan llegar a tener.
-Sabemos de ti, pero puede que muchos de nuestros lectores no…a ti todas tus experiencias te han vinculado desde lo profesional a lo emocional, pasando por lo intelectual con “lo rural”, ¿verdad?.Explícanos por favor…
-Yo he vivido casi toda mi vida en el pueblo. Pero vivo también en la ciudad. En el libro lo expongo con la idea de que ahora, las generaciones actuales son híbridos urbano-rurales. Y más que lo serán. Nuestros adolescentes no dejan de ser niños de su tiempo, con sus pros y sus contras que en lugar de vivir en una ciudad viven en un lugar con poca gente. Un joven de ahora se parece más a un joven de Nueva York o París que a mí cuando era de su edad. La globalimbecilización ha llegado para quedarse. 
Cuando acabé la carrera me volví al pueblo porque no quería vivir en Zaragoza. Y trabajé de muchas cosas. Decidí hacerlo. Desde entonces he hecho ya un par de veces el viaje de ida y de vuelta. 
Yo he pasado por muchas épocas, y más que espero pasar. He sido técnico en desarrollo rural, he fundado asociaciones, he sido concejal y camarero y por encima de todo soy de mi pueblo y de mi gente. Lo siento así y aunque me fuese a vivir a Pekín así lo sentiría. Cuando escribo pienso en lo rural, cuando como, cuando grito, cuando quiero y cuando bebo. 
-Tampoco se trata de intentar paliar la despoblación con medidas que llamen a hacer de esta tierra de entretenimiento de fin de semana, puentes y períodos vacacionales para el desahogo del urbanita….ostras que el territorio no es un Parque de Atracciones ni una manera de ir a hacer lo que no puedo hacer en urbes de cierto tamaño a toda hora y con total desahogo…oye, que para que nos rompan la paz ya están los noticiarios…
-Somos subsidiarios de lo urbano. Cualquier cosa que haces en el pueblo tienes que “ponerla en valor”. Como si no tuviera valor lo que haces. Yo para que nos convirtamos en un parque de atracciones o en una tienda gigante de productos gourmet prefiero que se vaya todo a tomar por el culo.
-Lo rural ha muerto, ¿hay solución?, te lo preguntas, nos lo preguntas desde la solapa del libro… ¿cómo lo ves?
-El libro está lleno de anécdotas e incluso de situaciones contradictorias que lo que llaman es a reflexionar, a hacernos preguntas y a huir de los lugares comunes. Si tuviese la solución estaría diciéndolo a diestro y siniestro. En el libro hay un capítulo que titulo "Soluciones efervescentes". Aquí todo Dios tiene algo que decir aunque no sepa lo que diga. Oyes cada cosa que te echas a temblar. Y por supuesto según qué contestas eres políticamente incorrecto. En una época en la que nos hemos vuelto idiotas y se echa en falta el sentido común habría que leer más y tuitear menos. 
Lo que conocimos como lo rural está en agonía. Como si fuera el último bucardo. En diez o veinte años otra cosa se habrá construido. Habrá que ponerle nombre cuando lo veamos, si lo vemos.
-Yo, enlazando con la pregunta anterior te pregunto:¿conviene que haya “según qué tipo de solución” para los que sentimos” muy de veras ser y vivir en el entorno rural?---que no es lo mismo que tener en “lo rural” la casa del abuelo para venir treinta días al año---
-Aquí como en el fútbol cada uno "echa la suya". Las necesidades del agostero que viene solo para fiestas son unas. Las del que vive todo el año son otras. Las del que está tres o cuatro meses muy distintas. Y así con todo. Lo peor es que, al perder valores tan importantes de lo rural como aquellos que nos vinculaban como colectivos, cuando oyes hablar a la gente oyes hablar a soluciones urbanas porque ya nos hemos convertido en híbridos. 
Y no debemos perder el norte. En un mundo global donde los países se han urbanizado tanto la despoblación no es un problema. Su problema precisamente es lo contrario. Que ahora se haya puesto de moda en España es una oportunidad para decir y hacer cosas. Pero si hablas con alguien que vive en la Castellana o en la Diagonal, o en cualquiera de esas urbanizaciones de extrarradio la despoblación no es un problema real.
-¿Crees que las “macro infraestructuras”, “los AVES” es la medicación que debe de darse a “lo rural” para paliar la despoblación?
Yo lo que creo es que debemos tener servicios dignos. Pero si convertimos todo en vertebración con autopistas y AVES los pueblos serán solo urbanizaciones de la capital. Lo digo en el libro y lo repito en todas mis charlas. Una vez un abuelo me dijo: "si la carretera es muy mala no viene ni Dios; si es muy buena nos marcharemos todos". Y así sucede. Date una vuelta por los pueblos cercanos a autovías. Pregunta en el corredor Zaragoza-Teruel, en Daroca por ejemplo. Hay que tener un tren digno en Teruel, sí, pero si haces un AVE la mitad de los funcionarios vivirán en Valencia y Zaragoza. Porque el problema es cultural, no depende tanto de las infraestructuras que tengas.
En cuanto a otros macroproyectos relacionados con macrogranjasmacrovertederosetc... pues qué te voy a contar. Volvemos a lo mismo de antes. Venderse por cuatro duros, ingresos para el ayuntamiento, luchas entre municipios para quedarse con una cosa u otra.... Si fuese verdad que haciendo alguna de estas cosas revertirías la despoblación... pero tampoco es cierto.  Y yo, como con lo de los parques temáticos, si eso va a ser la solución prefiero agonizar en mi casa mientras leo.
-Es que , me parece, que si hay una autovía para comunicar ciertas zonas con los habitantes que hay y lo que faltan son servicios básicos para la zona rural…lo que favorecemos es que se utilice la autovía para ir y venir de unos lugares a otros, pero no para poblar lo despoblado…¿qué me puedes explicar?
-Así es, como ya te he dicho en la pregunta anterior. Que nadie crea que esas autopistas las hacen para favorecer determinadas zonas. En general (siempre habrá excepciones, que aquí nos gustan mucho las autovías) suelen construirse para unir polos de desarrollo. Si pasan cerca de tu casa es por casualidad, no porque pensaran en ti.
-Dices en uno de tus capítulos, bueno lo titulas:”La tierra” no se vende”. Vale, de acuerdo, pero de ella los hay que sacan un partido que roza el expolio, cuando no es expolio directamente…
-Ese es el capítulo que más me gusta. Habla del cambio de valores en el medio rural. Ahí es donde se nota, y mucho, el cambio de paradigma y la muerte de lo que fuimos. Esas tierras que fueron de nuestros antepasados y que como en la película de "El Olivo" de Bollaín no son nuestras por mucho que las hayamos heredado. 
Es algo que nos penará en su día. Pero cuando uno acaba desvinculado de su pueblo y pasa de él, con toda la libertad, para qué preocuparse de aquello que no vale nada. Y nos penará. En África grandes estados y multinacionales compran millones de hectáreas de tierra que no vale nada para producir. Cuando en nuestra España interior la tierra sea de cuatro lloraremos. Pero el propio ayuntamiento vende tierra cuando puede para construir servicios que dudosamente necesitamos pero que, como híbridos urbano-rurales que somos, nos hemos creado.
-Todas y todos somos responsables de lo que le está ocurriendo al medio rural desde los que “lo vivimos” los 365 días al año hasta los que simplemente solo lo quieren para “chuparle las entrañas”…desde esa responsabilidad: ¿qué podemos hacer los que aquí estamos y resistimos para revertir cierta situación?
No tengo ni la más remota idea de qué podemos hacer más. Hay gente que vive todo el año en el pueblo y no hace nada y otros que van quince días y se ganan tener su nombre en un par de calles. 
El problema es la narrativa neoliberal de la sociedad. Y ahí solo tenemos un sitio subsidiario. ¿Tan distinto es el discurso en un lugar o en otro? Mientras es discurso sea imperante lo tendremos difícil. Yo ya solo me conformo con no sentirme cómplice de determinadas situaciones.
-Porque, no sé, salvo excepciones, con los segundos que vienen a “lo rural” a hacer negocio, no podemos contar mucho en cuanto a compromiso…
-Yo conozco a muy poca gente que no se vendería por cuatro perras. No hace falta que vengan de fuera para observarlo y darte cuenta. Para muchos el compromiso con su pueblo sería llevarle una macro granja y lo siente así de verdad, y además hay mucha gente con mucho compromiso que piensa así. ¿Quién es el que tiene razón? ¿Qué es el compromiso? ¿Quién tiene la razón?
-Amigo ¿qué nos puedes decir sobre qué te parecen tantos libros, espacios que rellenan espacios de radio o televisión y que hablan, y hablan….reflexionan y analizan sobre el fenómeno de la despoblación?
-Pues puestos en la tesitura que estoy lo que me gustaría para mí y para la editorial es rellenar el hueco que me corresponda. 
-¿Se ha hecho tarde, ya, en muchas cosas?
-Peor sería no llegar. Aunque sí, en eso soy pesimista. Pero habría que definir a qué hemos llegado tarde exactamente. Se ha centrado el desarrollo rural en la subvención y en la infraestructura y como he dicho a lo largo de la entrevista el diagnóstico era otro. En la mayoría de los pueblos vemos las casas y calles arregladas, vemos servicios que hace cuarenta años ni imaginábamos, y sin embargo… Estoy generalizando, sí, pero solo hay que darse una vuelta. Ni el pesimismo y el victimismo tradicional en lo rural, ni el paternalismo insípido y político de las capitales.
-Amigo Víctor… ¿cómo es tu día a día en “lo rural”?
-Como te decía he ido y he vuelto unas cuantas veces. Este año estoy en Híjar y doy clase en Valderrobres. Mi familia está en Zaragoza y nos vemos los fines de semana. Algunos fines de semana estoy aquí o estoy allí. En verano y vacaciones paso largas temporadas en Noviercas, en Soria. 
Mi día a día es como el de cualquiera. La gente urbana se piensa que estamos viendo los pajaricos y dando vueltas buscando tranquilidad. Yo trabajo por la mañana, me echo la siesta y escribo y leo por la tarde algún día a la semana. Y sí, no me escondo, estoy más en el bar de mi amigo Carlos que en una biblioteca. 
-¿Estás ahora en algún proyecto, estudio, investigación…nos puedes contar alguna cosa?
-Siempre estoy en algo. Ahora con lo del libro te van surgiendo artículos y proyectos, pero no me preocupo tanto como antes. Tengo varias obras empezadas, colaboro con algunas colecciones de poesía y siempre, siempre, tengo mi puerta abierta para ayudar a alguien, porque eso es lo que me ha dado más recompensas y amigos en muchos sitios.
-¿Cómo ha sido trabajar con Dobleuve?
-Dobleuve es una empresa centenaria. Los hermanos Perruca nunca me han dicho que no a nada de lo que les he ofrecido. Algunas veces ha salido el proyecto, como ahora, otras se ha quedado en la nebulosa de Orión. Son gente comprometida. Que una revista como VerdeTeruel exista, se mantenga y, lo más importante, se venda, es un logro que algún día les tendrán que reconocer. Están editando obras muy interesantes con escritores de calidad, implicados en el terreno como Victo Lacambra o Vicente Aupí. Y con esta pareja empiezas una cosa y piensas en hacer tres. Eso es lo que hay que hacer, como decía. No sentirse cómplice. Pensar pero sobre todo, hacer. Que si esto se convierte en un puñetero erial nadie te pueda decir que no hiciste algo para que no sucediese. 


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Cazarabet
c/ Santa Lucía, 53
44564 - Mas de las Matas (Teruel)
Tlfs. 978849970 - 686110069

jueves, 6 de febrero de 2020

Desde el otro lado

"Desde el otro lado de la calle
y al calor,
mientras piensas dónde vas,
o hacia donde buscar.
O solo un momento más
de un día entero,
sin gastar. "

E. Jartillo



miércoles, 5 de febrero de 2020

El pueblo y yo… y tú

El pueblo y yo… y tú



Mi pueblo, es pequeño, fuerte y suave; parece blando por fuera, los días de niebla parece todo de algodón, que no tiene cimientos. Sólo los edificios grandes y sus calles empinadas le dan dureza.
Miro su río, miro su prado, miro sus florecillas, rosas, celestes y gualdas.
Lo recuerdo dulcemente: ¡mi pueblo!, y viene a mí memoria, tranquilamente, alegre, hasta me río, parece el pueblo ideal . . . Tiene de todo. Le gustan las fiestas, San Antón, San Valero, San Blas, Semana Santa, Agosto…
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña . . .; pero duro y seco como la piedra. Cuando paseo por él, los domingos, por las callejas del pueblo, las personas, limpias, mudadas y despaciosas, se quedan mirando.
¿A qué viene?¿Se quedara? ¿Dónde ira?… todo al mismo tiempo.
En los días pasados, de frío, lumbre y manta, se juntaron noticias, escritos, pensamientos…
Estuvo la noticia triste del final de la asociación Ranetas de Alcañiz. Después de 20 años de vida cultural organizando eventos, agradeció el apoyo de todas las personas que han colaborado en cada actividad en estas dos décadas y explico, que, para seguir llevando a cabo esta labor, se necesitaría, como mínimo, una persona a jornada completa durante todo el año sin contar con el personal imprescindible para cada evento. Con recursos escasos, sin cobrar, es hora de descansar, de no pelearse con las instituciones de turno, (ni con nadie), para sacar cosas adelante. Esperan que otros se animen. Creo que el hacer cosas desinteresadamente por tu tierra te condena. Será cosa de otros. Quizá de todos. Vaya cosa.
Otra noticia. Tomas Guitarte y Teruel Existe, criticados. Lo único que ha hecho él y unos cuantos más, los que fundaron Teruel Existe hace veinte años, es hacer lo que prometieron, dar la paliza para que Teruel existiera para España y facilitar un gobierno. Pues ahora leña de todas las calidades contra ellos. Como dice el tango, para algunos veinte años no fueron nada, hicieron poco o nada. Querrían que los próximos veinte, Teruel siguiera siendo poco o nada… solo suyo. ¡Ojo como ladran Sancho!
Y un libro de Víctor Guiu Aguilar. «Lo rural ha muerto, viva lo rural. Otro puñetero libro sobre la despoblación». Un libro, lejos de tópicos, para leer tranquilamente, algunos párrafos varias veces, real, como la vida misma, no pone soluciones, desde mi punto de vista, pero nos retrata a todos, a los de aquí y a los de allá, que… Pero… perdón, sí que da solución, que vivamos en los pueblos, justo la que nadie queremos aplicar… que sean otros, que los mantengan y si acaso, ya iremos. ¡Qué listos somos! Sin permiso de Víctor, voy a compartir con él un epitafio que puso en su libro y que su parte dice así: «No hice mucho, pero tampoco hice poco; conformado con no sentirme cómplice del todo». A lo que yo añado: «Algunas veces, hice lo que pude, (siempre se puede más), otras, lo que me dejaron, (que pregunten a otros); al final, me deje estar, me deje ir, consiguieron que les dejara… y me dejaron.»
Y como dije, unos pensamientos. -Todo el mundo piensa en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo. -León Tolstoi.
Encara lo que eres, ya que eso es lo que cambia lo que eres. -Soren Kierkegaard.

El progreso es imposible sin cambio, y aquellos que no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada. -George Bernard Shaw.
-Si cambias el modo en que miras las cosas, las cosas que miras cambian. -Wayne Dyer.
Ustedes mismos.


Pascual Ferrer