lunes, 20 de febrero de 2017

De castas

Parece ser que poco a poco, los amantes de la casta se dejan cada día ver menos por los lares de la comunicación y el marketing. Ese término, que tan utilizado era por la causa en Podemos, ha dejado ser de uso tan corriente.

A mí en realidad era algo que me asombraba. Y no porque no tuviera su parte de razón, que la tenía, por aquello de las cortes funcionariales, de la legítima propiedad hereditaria familiar, del compromiso chupatintas de señores y vasallos... sino porque resultó que tanta pureza era imposible de aplicar a nadie.

La persona más relevante de Podemos en mi redolada, escondía su crecimiento familiar al albur del Psoe y sus prebendas. La de una madre asesora de consejeros sin aparecer por la consejería... e incluso pequeños puestos de trabajo que luego pagaba con favores a la hora de protegerse en algunos puestos y puestecicos. Para algunos de ellos las castas las formábamos aquellos que procedemos de familias de derechas, algo tan normal y tan lógico en la España de postguerra.

Porque manda huevos que haya que oír que todos, todos, todos los popes de la nueva política, sean hijos y nietos de republicanos, de represariados, de sindicalistas... No digo que no haya alguno, que habrá, digo que estadísticamente es... imposible que haya tantos. Reclaman purezas de sangre como aquella inquisición que tanto odian, como aquellos derechones de puro y jersey amarrado al cuello, como la casta y...de aquellas castas estos lodos.

¿Alguien de ustedes ha ido a la Universidad? ¿Han podido comprobar los pasos, traiciones, jugarretas y demás "mamporrerías" que hay que hacer para llegar a ser profesor de la misma? Que no digo que todos hayan seguido ese camino indigno de hacer lo que el que manda mande aunque mande mal. Que solo digo que una gran parte.

Y eso también es casta. De la peor. De la que hace caer la dignidad del ser humano. Porque malo es que impulsen esas actitudes para "medrar" en una institución, malo es que aquellos que supuestamente han de educar en valores de libertad sean meros guardias de lo sórdido... Mucho peor es todos aquellos jóvenes que, sabiendo lo que hay que hacer para "medrar", medren, traguen, y repitan los esquemas. Muchos de estos jóvenes son ahora de esa casta que da lecciones de casta. De casta de la peor ralea. No cambiaré nada, seguro. Y ellos quieren cambiarlo todo para que se quede todo como está.

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