viernes, 3 de febrero de 2017

40

Hay algunos años que, por lo que sea, se vuelven más trágicos que otros. La tragicomedia española hace que esos años haya que celebrarlos por todo lo alto.

Sin duda el 40 es uno de ellos. Se ha puesto de moda que cuando uno hace 40 hay que hacer un fiestón sorpresa en toda la regla. Y tan de moda se ha puesto que el festejo ha pasado de ser sorpresa a resultar algo esperado, casi frustrante si uno llega ese fin de semana y se planta en pijama, con pantuflas, sentado en el sofá viendo la tele, viendo que nadie te ha preparado nada.

Supongo que la moda y el círculo social que todo lo mueve nos lleva a cosas como estas. Y cuando uno se da cuenta se ve rodeado de gente ya no tan joven que te acompaña, cuando a lo mejor quisieras perderte en otras tesituras. Pero claro, esas tesituras hay que guardarlas, porque tu cuerpo no lo aguanta, para bodas, bautizos y comuniones. El cuerpo es así, se acostumbra, o mejor dicho, se malacostumbra.

Y dicho esto nos damos cuenta que a nadie le amarga un dulce.

El otro día, sin ir más lejos, acudí a uno de estos cumpleaños, de uno de mis mejores amigos. Mucha gente que no conocía (cada uno ya va dando tumbos por ahí como puede y con quien se relaciona) y, en principio, una plaza que no era la nuestra.

Y a pesar de todo lo pasé bien. Rodeado de algunos amigos que conocí "cuando fuimos los mejores" y todavía teníamos rasmia para protestar e incluso reñir en plena calle si la cosa se ponía fea. Amigos que iban y volvían, de aquellos que coincides solo media docena de veces al año. Amigos que llegamos a pesar 30 kilos menos de lo que pesamos ahora.

Y teníamos tantas cosas que decirnos, todavía, que nos las dijimos todas de vez. Y me duele la tripa de tanto reirme. Y el estómago de tanta cerveza.

Y aunque la cabeza también me duela siendo miércoles, los recuerdos nos abruman.

Quedamos para vernos pronto, comer, que se conozcan los críos... En realidad sabemos que todo es mentira, que nos veremos una sola vez al año, dos a lo sumo... pero nos alegraremos como aquellos críos que éramos "cuando fuimos los mejores".

.


No hay comentarios:

Publicar un comentario