jueves, 21 de junio de 2018

Éxito asegurado de La Europa del Aborigen en el IES Bajo Aragón




Este jueves, en el IES Bajo Aragón de Alcañiz, hemos despedido el curso con poesía y música.

Víctor Monzón y Víctor Guiu han acusado la baja de su tercer compañero, Pedro Mata, pero han hecho lo que han podido para distraer e introducir a los zagales la poesía de una manera divertida.

La Europa del Aborigen se ha ido encantada de profesores y alumnos. Esperamos volver algún día.... no muy lejano.




jueves, 14 de junio de 2018

Recital La Europa del Aborigen en el IES Bajo Aragón de Alcañiz








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#victormonzon
#victorguiu
#laeuropadelaborigen
#lasociedaddelboli

EL CORPORATIVISMO POLÍTICO DEL CARBÓN

EL CORPORATIVISMO POLÍTICO DEL CARBÓN
La línea de humo del horizonte
Las personas de mi generación han crecido con una línea del horizonte donde el humo de la térmica forma parte del propio paisaje vivido y soñado.
Desde los llanos de Quinto, viniendo de Zaragoza. En lo alto del Majalinos. Bajando de las Ventas de Valdealgorfa. Ese falo industrial de vértigo que desde el coche es fiel indicador de la velocidad del viento.
A los pies del somontano que aún no es sierra. Bebiendo el carbón que trajo gentes, paisajes y paisanajes.
El Bajo Aragón agrario, aquel de señoríos y temple medieval, sufrió una pequeña revolución industrial durante una parte del franquismo y en la transición, a través de las minas y sus térmicas. Escatrón, Eschucha, Aliaga, Andorra. Tierra fértil. Suelo fértil. Historia y despoblación que fue aclimatada durante unas décadas a algún clavo ardiendo en forma de humo de pitillo. Algunos pueblos multiplicaron su población. Otros, asistieron como espectadores de un teatro con entrada de “clac”. Humo. Un humo quizás necesario en una tierra que tantas oportunidades había perdido pero que, tarde o temprano, todos sabían que se consumiría.
A medida que la sociedad cambiaba una incipiente preocupación medioambiental  acusaba discursos que pocos entendían. Y es que estos discursos, redactados en ámbitos urbanos ya destrozados medioambientalmente, poco tenían que ver con la realidad social y cultural de una tierra que, sociológicamente, había cambiado también. Habíamos aceptado monocultivos como solución, porque pocas soluciones más teníamos.
El carbón y la construcción de esa catedral de humo trajo obreros, dinero… Llenó los bares, las casas y las “timbas”. La tierra se hizo híbrida socialmente hablando. El monte se tiñó de un paréntesis de monocultivo. El Andorra era capaz de ganar al Zaragoza de Víctor Muñoz.
Cuando todavía no nos habíamos industrializado ya nos quisieron reindustrializar. La eterna crisis del carbón, la entrada en la CEE y en la UE y el gravísimo error de enfoque que produjo las prejubilaciones, construyó una sociedad peculiar, propia, burguesa… similar a la de otras regiones que sufrieron el mismo problema. Y en lugar de reindustrializar, de reinvertir, el monocultivo de la construcción en Zaragoza y el Levante se nutrió también de ingresos que vinieron aquí pero que no se quedaron.
Los sindicatos y los partidos políticos poco quisieron hacer, cargadas sus bases de un criterio monocolor: el interés político a corto plazo. Y los gestores olvidaron el desarrollo de la tierra entregándolo a fondos y proyectos que pronto demostraron su gran parte de ineficacia. La sociedad política, que tanto evolucionó con la lucha y la mentalidad obrera de los mineros, se tornó en pocos años, a base de subvención y prejubiliación, en una sociedad semiurbana, acomodada, en la cual las hoces, los martillos y las revoluciones se quedaron como cuentos y fábulas del abuelo, que decía haber hecho mucho pero que nos trajo irremediablemente hasta el hoy y el mañana. La dificultad de construir propuestas críticas de aquellos gastos y subvenciones sigue vigente  en la actualidad. Ocurre un poco como lo de hablar de épocas históricas cercanas de nuestro país. Todos estaban allí pero ninguno sabía que aquello no era la solución.
No ha lugar. Los míos no lo hicieron mal. Pero todos estuvieron presentes como organizaciones. Todos opinamos. Todos sabemos. Todos sentenciamos. Pero… ¿quién tira la primera piedra?. Aquello no funcionó, y pronto se supo. Café y polígono para todos. Arreglos de carreteras hacia ninguna parte (y menos mal porque si por Fomento fuera allí estarían como camino de herraduras)….
La reindustrialización, los programas Miner y las prejubilaciones incrementaron la renta provincial pero ni impedían la despoblación, ni se reindustrializó el territorio, perjudicando a parte del terruño que no fue considerado “de primera” como pueblo minero.
Poco importaba, mientras unos recibían intentando quizás lo imposible, otros no podían competir  y el último cerraba la puerta.
Todas las organizaciones políticas y sociales participaron (y participan) en parte de aquelllo. El corporativismo llegó para no marchar. Y después de décadas difícil es oir voces discordantes en dichas instituciones, sean políticas viejas, nuevas, de centro zurda o lateral derecha. IU, PP, PSOE, CHA, Podemos, Ganar, Cs, PAR… ¿por? Por corporativismo, por no enemistarte con el vecino o el cuñado.  Porque el partido contrario no te tache de antiturolense aunque sepas que no hay por donde cogerlo. Podremos prorrogar hasta el infinito nuestra desdicha como sociedad política, donde es fácil agarrarse a un clavo ardiendo, pero es muy difícil arreglarnos juntos por los caminos que, nos guste o no, nos lleva la política internacional del carbón. Y quizás no sepamos o no queramos hacerlo de otro modo. O, sencillamente, quizás sea tarde porque culturalmente nadie quiera quedarse. Y pensarán en el pueblo como el recuerdo viejo de aquella España que nos cuentan los libros; o como el lugar donde se rompe la hora una semana para dejar de contar años el resto del tiempo. Aunque para entonces pocos conozcan las oportunidades que perdimos.
No hay quien se libre. La fuerza del carbón, a nivel social, es imparable. El cigarro se apaga y no hay quien le ponga el cascabel al gato. Los que cobraron ya han cobrado y los que no cobran se han marchado o se marcharán. Allí quedarán los restos industriales para los arqueólogos del siglo XXII, cuando se pregunten… y esta gente, ¿dónde se metió?.






Víctor Manuel Guiu Aguilar
Colectivo Sollavientos
Publicado en Diario de Teruel (Junio 2018)

miércoles, 13 de junio de 2018

Fotopoema de La Europa del Aborigen

Pedro Mata / Víctor Guiu






Gran Recital La Sociedad del Boli






Este jueves a primera hora (8.50 h) tendremos el gusto y la suerte de ofrecer un recital de poesía completo, completo para los alumnos de 1º de la ESO del IES Bajo Aragón.

Bueno. Si eres profe o si pasas por allí seas quien seas y tienes un rato también estás invitado.


RECITAL POÉTICO LA SOCIEDAD DEL BOLI
HORA: 8.50 h
LUGAR: Salón de Actos del IES Bajo Aragón

jueves, 7 de junio de 2018

Poesía Orgánica


Nuestro amigo Pablo Rocu de Andorra lleva unos meses por la tierra, haciendo lo que le gusta. Y me manda esto...
Mucha suerte figura.




LUNES 11 a las 18:00
 Exposición en Andorra
 Centro de Estudios Ambientales








SINTESIS

El proyecto ”Poesía orgánica” Es un archivo transdisciplinar que contempla el territorio de la Región Bío-bío en Chile como una zona de conflictos medioambientales ligados al extractivismo de los recursos naturales por parte del desarrollo industrial frente al buen vivir de sus comunidades y pueblos.
Esta muestra recoge la experiencia, el proceso y obra de diversos proyectos de arte contemporáneo que indagan en estas problemáticas, así como un archivo de situaciones particulares, vecinos/as que han sufrido la pérdida de territorios desde un archivo fotográfico y audiovisual.
Ese proyecto pone en valor la gestión cultural como una práctica vinculada al activismo por los derechos y soberanía de la naturaleza al ser un componente de refuerzo y vitalidad ante las luchas y vulneración del ecosistema nativo de la región bío bío y la calidad de vida de las zonas de desarrollo industrial. 

domingo, 3 de junio de 2018

Pizarra de examen 6



Hoy he venido con prisa
y sin ganas de estudiar.

Y casi sin darme cuenta
se me ha olvidado poner,
en la pizarra un poema
como siempre suelo hacer.